“EL CAMINO HACIA EL ÉXITO”

Dicen que una imagen vale más que mil palabras y aquí tenemos la imagen con sus palabras escritas: “No hay ascensor para llegar al éxito. Tienes que coger las escaleras”.

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Es esta una afirmación con la que estoy plenamente de acuerdo. No creo en los caminos cortos, en todos aquellos atajos en los que muchas veces puedes llegar a perderte a ti mismo por llegar antes al destino final.

Pero, ¿Cuál es el destino final?

¿Qué es eso a lo que llamamos éxito?

Vivimos inmersos en una dinámica en la que se considera el éxito desde un punto de vista meramente material. Haber conseguido un buen trabajo, una buena casa y una abultada cuenta corriente en el banco. Una acumulación de cosas para llegar  con ello en la mayoría de las ocasiones  a un último objetivo, un reconocimiento social.

Pero, ¿es eso realmente el éxito?

No cabe la menor duda de que tener una vida económicamente estable y resuelta nos ayuda a vivir más cómodamente, a eliminarnos de ciertas preocupaciones cotidianas como no estar pendiente del pago de los recibos a final de mes. Una estabilidad económica nos permite tener más posibilidades a la hora de planificar nuestras actividades, poder disponer de un hogar confortable, y en definitiva nos allana el camino para podernos sentir mejor con lo que nos rodea. Ya lo decía Maslow en su famosa pirámide de las necesidades humanas hace más de siete décadas, los primeros peldaños de esa pirámide estaban compuestos por las necesidades fisiológicas seguidas por las de seguridad.

Pero, una vez cubiertas las necesidades básicas de seguridad física, de empleo, recurso, propiedad privada,… ¿Qué nos reporta una acumulación de cuestiones meramente materiales?

¿Cuántos ejemplos de personas en el mundo tenemos que han conseguido ese codiciado éxito por muchos, y que han acabado suicidándose, metiéndose en conflictos con la ley, o siendo totalmente dependientes de sustancias como el alcohol o las drogas?

Personalmente entiendo el éxito desde un concepto muchísimo más amplio, más personal y más cercano. Considero que el éxito en la vida, es algo mucho más relacionado con el propio individuo y con cómo es capaz de gestionar sus propias emociones. Éxito es sentirse a gusto con uno mismo y con lo que nos rodea, saber adaptarnos a las situaciones y resolver los problemas de nuestro día a día sin hundirnos en los fosos de la desesperanza, la tristeza o la angustia. Éxito es ser suficientemente flexibles para ver los cambios que nos acontecen en nuestro día a día como posibilidades y no como obstáculos infranqueables. Éxito es no estancarnos en la rigidez de nuestros propios pensamientos y opiniones sino ser abiertos a nuevas posibilidades y criterios si estos nos ayudan a sentirnos mejor. Éxito es no vivir nuestra vida pendiente de lo que dirán los demás, sino guiarnos por nuestras propias formas de ver el mundo. Éxito es caminar con seguridad, sentirnos en el derecho de expresar lo que creemos o sentimos y tener la suficiente asertividad para hacerlo cuando creamos que sea oportuno. El éxito es saber disfrutar de la vida, de nuestro presente, sin estancarnos en el pasado ni vivir solo para el futuro. Éxito es podernos sumergir en la multiplicidad de sensaciones  que nos rodean disfrutando de todas aquellas que sean capaces de proporcionarnos bienestar y satisfacción y no dejarnos arrastrar ni perturbar por todas aquellas emociones indeseables, que inevitablemente, tarde o temprano, surgirán en este largo camino que es la vida. Éxito, es sin duda, llegar a conseguir ese equilibrio emocional que nos acompañará el resto de nuestra vida. Ese eslabón imprescindible para llegar a la propia satisfacción personal y por ende, a conseguir importantes cotas de  felicidad y serenidad.

El sauzal a 27 de Julio de 2014

Eguzky Gaztañaga Kobeaga

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